Únete y Lucha Contra el Goliat de la Vivienda
Cada día se vuelve más notable la ambición de los ricos y millonarios, especialmente hablando de los poderosos dueños de vivienda para rentar o vender. Este lucrativo negocio de comprar y vender propiedades, y rentar vivienda se ha convertido hoy en día en una inversión demasiado rentable.
Asusta ver hasta donde han llegado los dueños de la propiedad de alquiler y de venta, aumentando los precios de renta y de adquisición, casi imposibles de pagar por un obrero. Pero lo más terrorífico es saber que nada los detiene, y que como consecuencia a esta injusticia social, en las calles van en aumento los cientos de personas sin hogar. Familias que no pueden sostener el alto costo de una vivienda, y esto es realmente terrible.
Si la pandemia provocó el desbordamiento de problemas de salud mental en la humanidad, sobre todo en los más vulnerables, en Los Estados Unidos los famosos y temidos “dueños de la tierra”, han dado jaque mate a la gente más pobre… vivir en la calle es ahora la única realidad para muchísima gente con salarios de miseria.
Sin embargo esta delicada e infame situación que viola los derechos humanos, no parece ser una prioridad para los políticos que nos representan, ni para los gobernantes que aparentemente deben gobernar con equidad. Y quienes han defendiendo y continúan defendiendo la democracia y la libertad en este país, reciben no una, sino decenas de bofetadas en pleno rostro, de este sistema capitalista al que le importa un carajo exprimir hasta el límite a los pobres.
La verdad que por añales se ha mantenido oculta ya no puede esconderse, y podemos ver lo grotesca que es, y palpar su infamia de manera nítida. Hoy en día la ignorancia sobre cómo somos explotados y manipulados en “esta gran nación”, es una elección, no un engaño. Todas las actitudes torcidas, las malas intenciones, la explotación laboral y el empobrecimiento de millones saltan a la vista como algo maleficamente planificado… los de arriba jamás soltarán el privilegio por voluntad propia.
Posiblemente el panorama sea más que desolador, pero cuando en medio de ésta crisis desproporcionada que arrastra a los que tienen mayor necesidad, aparece una tabla de salvación, entonces renace la esperanza. Es importante entender que ese “salvavidas” es únicamente un vehículo para salir de la tormenta, pero que somos nosotros los afectados quienes debemos manejarlo y dirigirlo.
El Sindicato de Inquilinos en San Diego es una herramienta de lucha y resistencia, para apoyar a quienes rentan una vivienda, contra los altos costos. El Sindicato representa la balanza para que los costos de alquiler no sigan subiendo, porque no paran. Parece ser que los que se dedican a este negocio están dispuestos a explotar su mina de oro al máximo, sin considerar los estragos que su ambición provoca.
Pero como dije, el sindicato es el vehículo a través del cual los inquilinos deben organizarse y luchar por sus derechos, con conocimiento y perseverancia. Tal vez parece un minúsculo granito de arena en medio de un inmenso arenal, pero ese granito puede ir creciendo hasta abarcar gran parte de la arena, después de todo somos las masas las grandes afectadas. Y entonces, cuando muchos se hayan unido a la causa con una conciencia de clase clara, los dueños de rapiña temblarán porque la gente ya no tendrá miedo, y saldrán a tomar lo que es suyo. Lo que su trabajo, cansancio y privaciones le ha dado, y pagado con cada gota de sudor.
En el transcurso del tiempo en que el Sindicato de Inquilinos de San Diego, ha hecho su labor casi de manera voluntaria, ha apoyado a muchas familias obteniendo algunas victorias, y beneficiado a personas que estaban a punto de ser desalojadas, También se ha manifestado su fuerza representativa para obligar a dueños prepotentes a hacer arreglos en las viviendas que se encontraban en malas condiciones, y se han dado diferentes tipos de apoyo a muchas familias, conectándolos con recursos disponibles. Como dije, el sindicato es todavía un organismo pequeño, y a pesar de ello ha dado batalla a los grandes dinosaurios de la vivienda. Y con ese espíritu de lucha, con esa convicción de justicia social y con ese corazón enorme, continúa abriendo camino. Continúa peleando por los derechos de los inquilinos pobres, los olvidados del gobierno y de dios… los que son como hormiguitas cada día desde el amanecer, pero que pese a trabajar arduamente viven con la eterna zozobra del “qué pasará mañana “.
Se necesita coraje contra este sistema desigual, se necesita consciencia sobre los estratos sociales en que nos dividen, se necesitan ganas de cambiar el rumbo de la historia, y se necesita que más hombres y mujeres se unan a esta lucha que ha emprendido el Sindicato de Inquilinos de San Diego, para dar batalla a Goliat, el gigante dueño de vivienda de renta y alquiler.
El sindicato ha demostrado que pueden lograrse cambios, ha usado lo que tiene en sus manos porque está muy limitado, sin embargo, pese a sus limitantes se han hecho cosas buenas, se ha enfrentado a dueños en la corte y han ganado a favor de los inquilinos, y eso hay que rescatarlo. Es necesario decirlo, y que la gente sepa que no son invencibles los poderosos, que existe un camino y ese es “lucha popular”, lucha obrera.
Sabemos que son pocas las organizaciones que se enfocan de manera integral, a la defensa de los derechos de los inquilinos, pues aunque son indispensables existen pocos recursos para sostener las duras batallas contra los que tienen el poder por el mango. Son pocos en realidad quienes están dispuestos a recorrer este camino, y Sandra Galindo, Rafael Baustista y Miguel, hacen los esfuerzos para crear comunidades organizadas y en pie de lucha, poniéndose la camiseta desde el corazón. Ellos, con muy pocos recursos han levantado bandera en pro de las familias pobres, que están en riesgo de perder su techo, sus hogares que los protegen… y todo debido a que los ricos únicamente piensan en hacer más riqueza.
Pensar que no es posible lograr cambios que aseguren una vivienda digna para cada persona en este país, es resignarse a las condiciones actuales y bajar las manos para otorgar el poder absoluto a la oligarquía. Los cimientos en los cuales los millonarios fundan sus fortunas, es el capital humano, la mano de obra barata, la explotación y la producción en masa. Si entendemos eso —que somos ese capital—, entonces lograremos mayor unidad y con ello, el poder de cambiar políticas a nuestro favor, como rentas asequibles, por ejemplo.
Sara García Molina nació en Coyoacán, CDMX, y creció en la fronteriza ciudad de Tijuana. Es escritora autodidacta, y autora de cuatro obras publicadas. En 2001 cursó un Diplomado de Periodismo en La Salle, Tijuana B.C., avalado por el AMPE (Asociación Mexicana de Periodistas y Escritores). También pertenece al NWU (Sindicato Nacional de Escritores de Estados Unidos), a la IFJ (Prensa Internacional)… y al FIF (Freelancer isn't Free). Actualmente radica en San Diego, CA.