Levántate por Palestina
El ejército israelí ha matado ya a más de 18.000 Palestinos en Gaza, al menos la mitad de ellos mujeres y niños. El asesinato masivo es implacable, y ahora están apareciendo relatos de ejecuciones en masa y otros tipos de barbarie. Más de 1,9 millones de los 2,2 millones de habitantes de Gaza han sido desplazados. Estas cifras de muertes y desplazamientos superan a las de la Nakba de 1947-1948, cuando las milicias sionistas que luchaban por la creación del Estado de Israel asesinaron a miles de Palestinos y expulsaron definitivamente a más de 750.000 de su patria histórica.
Esta segunda Nakba Palestina, y genocidio en curso, sigue siendo financiada por Estados Unidos. A principios de noviembre, ambos partidos votaron a favor de enviar 14.000 millones de dólares en ayuda militar a Israel. Hace apenas unos días, 412 miembros de ambos partidos votaron a favor de una resolución republicana de derechas que equipara el antisionismo—la crítica de la ideología racista israelí de colonización y de la política estatal—con el antisemitismo.
Apoyando esa resolución estaban destacados miembros del “Escuadrón”—supuestos Demócratas radicales elegidos con el apoyo de grupos como los Socialistas Democráticos de América. Entre ellos se encontraban Alexandra Ocasio-Cortez, Ilhan Omar y Cori Bush. Solo dos congresistas no votaron sí. Rashida Tlaib, la única congresista Palestina que fue censurada recientemente por hablar en nombre de los palestinos (incluyendo el apoyo a la censura de 22 compañeros demócratas) votó “presente” y Thomas Massie, republicano de Kentucky, votó en contra.
Esta maniobra engañosa ha empujado a abrir la puerta a una ofensiva pro-sionista contra todos los críticos. Los republicanos de extrema derecha han tomado la iniciativa, aprobando resoluciones posteriores que condenan el “drástico aumento del antisemitismo” en EE.UU., una falsa narrativa que permite a los reaccionarios y sionistas apuntar y acosar a organizaciones Pro-Palestinas, activistas y cualquiera que se oponga o hable en contra de la agresión genocida de Israel en cualquier capacidad. Los secuaces de Trump también se han subido al carro, orquestando un espectáculo similar a una inquisición, llevando a juicio a tres administradores universitarios y distorsionando groseramente una falsa narrativa acusándolos de “tolerar” el antisemitismo. Estos juicios también han alentado a multimillonarios de extrema derecha como Bill Ackman y a intimidantes escuadrones de asalto políticos proisraelíes como la ADL a poner sus miras en los colegios universitarios de todo el país y a darles licencia para reprimir a los profesores y a las organizaciones estudiantiles Pro-Palestinas en general.
El poderoso eje de genocidio de Estados Unidos e Israel que recorre el sistema bipartidista estadounidense debe ser destruido. El dinero de los contribuyentes estadounidenses está pagando el asesinato en masa de una población indefensa y colonizada con el apoyo a todo pulmón del Estado más racista del mundo (fuera de Israel): Estados Unidos. La guerra genocida contra el pueblo Palestino está siendo llevada a cabo tanto por Estados Unidos como por Israel, incluso si Biden y Netanyahu fingen estar en desacuerdo sobre cuántos hombres,mujeres y niños pueden y deben ser aniquilados.
Mostrando su mano sangrienta, Estados Unidos bloqueó una reciente resolución de alto el fuego celebrada en una sesión especial del Consejo de Seguridad de la ONU de 15 miembros, el único voto en contra y con poder de veto como miembro “permanente”. Desde entonces, cientos de Palestinos más han sido bombardeados o tiroteados cada día. Como contrapartida, la Asamblea General de las Naciones Unidas votó a favor de un alto el fuego. Desenmascarando la arrogancia imperialista, la complicidad y el aislamiento del Estado estadounidense, 153 naciones que representaban a la inmensa mayoría de los pueblos del mundo votaron a favor de un alto el fuego inmediato, con sólo 10 Estados en contra y 23 abstenciones. El flagrante interés propio del imperio estadounidense y de sus partidos capitalistas de alentar y permitir la matanza masiva en Palestina, y el silenciamiento de las voces representativas de la mayoría y la victimización de los disidentes en casa muestra lo mortífero y desquiciado que se ha vuelto este sistema.
Es hora de que los radicales, los revolucionarios, los anticapitalistas, los antirracistas y las personas de buena conciencia de todo el mundo se levanten. La gente de la sociedad civil Palestina, desde Gaza hasta Cisjordania, está pidiendo a gritos nuestro apoyo. Su determinación y su lucha por vivir en una sociedad libre de violencia, racismo, islamofobia, explotación y opresión patrocinados por el Estado son las nuestras. Debemos construir una alternativa verdaderamente revolucionaria al monstruo de dos cabezas de la política capitalista estadounidense que somete a los Palestinos a una muerte prematura mientras pone en peligro las vidas de su propio pueblo oprimido; lo que Martin Luther King, Jr. llamó “el mayor proveedor de violencia del mundo”.
Desde nuestra alternativa revolucionaria, debemos unirnos a organizaciones de gran masa sobre el terreno como Estudiantes Por La Justicia en Palestina (Students for Justice in Palestine),La Voz Judía Por La Paz (Jewish Voice for Peace),Trabajadores por Palestina (Labor for Palestine), y a grupos políticos internacionales como Las Personas Antes Que Las Ganancias (People Before Profit) (Irlanda), RS21 (Reino Unido), y a la mayoría de los pueblos de todo el mundo que piden el fin de los bombardeos sobre Gaza, el fin de la ocupación ilegal de Israel, y la liberación y autodeterminación del pueblo Palestino. También invitamos a la gente a unirse a nosotros en el colectivo Puntorojo y ayudarnos a construir una alternativa socialista revolucionaria aquí, en la sede del imperialismo capitalista y del genocidio orquestado por los sionistas en Palestina.
Traducido por Josué Ammerman.
