#RelatosInquilinos: Testimonio de Guadalupe
Los ojos de Guadalupe estaban puestos sobre su taza de café desde hacía rato, pero su mente divagaba por otro lado lejos del humo que salía oloroso. Como cada día, su mayor preocupación se centraba en encontrar un empleo permanente para no andar siempre a la deriva, y preguntándose cómo pagaría su renta. Esa angustia constante resultaba abrumadora y desgastante, y a veces, esa misma ansiedad le llevaba a la depresión, más Guadalupe sabía que no podía darse por vencida ni encerrarse en su casa a padecer su miseria, sus hijos necesitaban comida y un techo.