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Durante décadas, la lucha por la liberación de la clase obrera Estadounidense se ha visto obstaculizada por la dependencia y el apoyo al Partido Demócrata dentro del sistema capitalista bipartidista. La creencia en la capacidad de convertir lentamente la democracia burguesa en una democracia socialista sigue siendo considerada “realista” por muchos en la izquierda. Desgraciadamente, eso ignora la realidad de que la clase trabajadora no tiene voz dentro del sistema político capitalista ni poder dentro de los partidos capitalistas.

“¡Del río al mar, Palestina será libre!” es más que un eslogan, es el llamamiento de un movimiento de liberación. La lucha palestina por la liberación es internacional y la lucha por el socialismo comienza cuando nos unimos para luchar contra el imperialismo, el colonialismo y el capitalismo. La antología Palestina: Una introducción socialista, publicada por Haymarket Books, nos ofrece una visión general de las posibilidades de un mundo mejor, empezando por la liberación palestina. Los editores Sumaya Awad y brian bean nos ofrecen un sucinto trasfondo histórico de la liberación palestina y un marco internacionalista del socialismo desde abajo a través del cual podemos contemplar esta lucha.

“La violencia que ha dominado el ordenamiento del mundo colonial, que ha marcado sin cesar el ritmo de la destrucción de las formas sociales autóctonas y ha roto sin reservas los sistemas de referencia de la economía, las costumbres del vestir y la vida exterior, esa misma violencia será reivindicada y asumida por el autóctono en el momento en que, decidiendo encarnar la historia en su propia persona, irrumpa en los barrios prohibidos.” -Frantz Fanon, Desgraciados de la Tierra

Los socialistas siempre han considerado la creación del Estado de Israel como un proyecto de los países colonizadores occidentales. Los Estados capitalistas de Europa y Estados Unidos que apoyaron la creación de Israel lo hicieron por dos razones: para establecer un punto de apoyo político en una región rica en petróleo a la que querían tener acceso para construir su maquinaria capitalista, y para crear una tierra natal para los judíos que, para empezar, no querían realmente en sus propios países. Desde su creación en 1948, Israel ha servido como vigilante de Estados Unidos.